¿QUÉ SON LAS GRASAS SATURADAS?
¿Qué son las grasas saturadas?
Las grasas están compuestas
por moléculas de triglicéridos, a su vez formados por los ácidos grasos, que se
clasifican en función de la presencia de dobles enlaces en su molécula. En este
sentido, existen esencialmente tres tipos de grasas, las saturadas, las
insaturadas y las grasas trans.
Las grasas saturadas son
las que no presentan dobles enlaces, y se encuentran en los alimentos de origen
animal, como las carnes, embutidos, o la leche y sus derivados; también están
presentes en algunos vegetales, como el aceite de palma y el de coco. Las
grasas saturadas son sólidas a temperatura ambiente, y pueden ser visibles
(como la que se encuentra en la piel del pollo o alrededor de otras carnes, así
como la grasa de la leche), o invisible (contenidas de forma natural dentro de
los alimentos o añadida durante su procesado, como en el caso de alimentos
preparados, aperitivos y bollería).
Beneficios del consumo de
grasas saturadas
Las grasas saturadas no
tienen ningún beneficio en sí mismas más allá de las características que
aportan las grasas en general, que son nutrientes necesarios para el correcto
funcionamiento del organismo.
Su principal función, la de
las grasas en general, es la de aportar la energía que el cuerpo necesita para
trabajar adecuadamente, pero, además tienen un importante papel en el
desarrollo de procesos que tienen lugar en el organismo, ya que ayudan a
mantener saludables el pelo y la piel, permiten la absorción de las vitaminas liposolubles (aquellas que se disuelven en grasas y aceites, constituidas por
las vitaminas A, D, E y K), y llenan las células del tejido adiposo, lo que
ayuda a aislar al cuerpo para mantenerlo caliente. Los ácidos grasos esenciales
contenidos en los alimentos también son necesarios para el desarrollo del
cerebro y el control de la coagulación de la sangre y la inflamación.
Perjuicios del consumo de
grasas saturadas
El consumo de grasas
saturadas incrementa los niveles de colesterol LDL, llamado comúnmente
colesterol “malo”, aumentando el riesgo de sufrir enfermedades y problemas cardiovasculares,
como aterosclerosis, accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos.
Se debe evitar en la medida
de lo posible el consumo de grasas saturadas, limitando su ingesta a un 10 por
ciento de las calorías diarias totales. El consumo excesivo de grasas saturadas
está directamente relacionado con la obesidad.
Las grasas trans son incluso más perjudiciales que las saturadas, ya que tiene un doble efecto: además de incrementar los niveles de colesterol LDL, reducen el colesterol HDL, también llamado colesterol “bueno”. Estas grasas se forman en el procesamiento industrial de algunos alimentos, conocido como hidrogenación, mediante el que cambian su configuración y pasan de grasas insaturadas a grasas trans. Alimentos que contienen grasas saturadas
La mayoría de los productos que contienen grasas saturadas son de origen animal. Entre estos alimentos se incluyen:
· Aceite de coco.
·
Leche y sus derivados.
·
Chocolate.
·
Mantequilla.
Carne de vaca.
Carne de cerdo.
Manteca de cerdo.
Margarina.
Carne de pollo.
Carne de pescado.
Yema de huevo.
El hecho de que estos
alimentos contienen grasas saturadas no implica que se deba evitar su consumo y
eliminar de la dieta. La cantidad de grasas saturadas que contienen los
productos es determinante a la hora de diferenciar si se trata de un alimento
saludable o no, ya que mientras la leche entera contiene alrededor de un 60 por
ciento de grasas saturadas, el porcentaje en la carne de pollo, el pescado o la
yema de huevo está en torno al 30 por ciento.
Además, muchos productos disponen de alternativas bajas en grasas saturadas, como en el caso de la leche desnatada o las margarinas bajas en grasas. Los alimentos que contienen este tipo de grasas no deben ser suprimidos de la dieta, sino que hay que procurar incluirlos con moderación, dentro de una alimentación equilibrada, como en la dieta mediterránea.
Comentarios
Publicar un comentario